dijous, 25 de setembre del 2008

Salar de Uyuni. Desiertos de Altura (2)

Nos levantamos totalmente embotados, cuál butifarras catalanas, después de una noche para olvidar. Al final, el termómetro nos dio un respiro y, según nos indicaron, no sobrepasó los 10º bajo cero. ¡Qué alivio! Desayunamos frugalmente y cargamos los bártulos mientras mirábamos alrededor y nos preguntábamos cómo es posible que haya tanta gente viviendo a esta altura y en un lugar tan inhóspito.

Embarcamos en nuestro Toyota Land Cruiser, del siglo pasado, para navegar por encima de pistas de arena, bordeando dunas y enormes rocas. Muchas de ellas han sido bautizadas como piedras Dalí, por su parecido, casi surrealista, con las formas que pueden encontrarse en las pinturas del genio de Figueres. Dalí nunca llegó a visitar esta zona pero los guías se atreven a afirmar, orgullosos, que fueron las fotos de un amigo aventurero las que le ayudaron a inspirarse. De ilusión también se vive! Seguro que tuvieron muchas más importancia los alucinógenos que se tomaba el de Port Lligat .


Después de salir de la Reserva Eduardo Avaroa, continuamos siguiendo el camino de las lagunas altiplánicas, una ruta que poco a poco va descendiendo para llevarte directamente hasta el Salar de U
yuni. En este tramo empiezas a ver más flora y fauna, ya que al bajar de altitud tanto las vicuñas, los flamencos o las llaretas se encuentran más cómodas. ¡Cómo nosotros! Lo mejor es ver miles de flamencos instalados en estas lagunas, comiendo de forma compulsiva y andando de forma graciosa sobre el agua sin molestarse mucho por nuestra presencia. Eso te permite acercarte y fotografiarlos sin dificultad, dándote la sensación que son tan presumidos como parecen a simple vista. Sin embargo, cuando deciden que ya es suficiente, despliegan sus alas e inician una carrera sobre el agua, elevándose a poca altura para efectuar un vuelo rasante que los aleja de nosotros.

A medida que bajábamos, la altitud se hacía más llevadera, dando un respiro a las narinas. Nos acercamos hasta el volcán
Ollague, uno de los que sigue activo en la zona. Aunque la verdad, cuando lo tuvimos a la vista nos decepcionamos al ver que la columna de humo que se alzaba era similar a la de la cementera de Molins de Rei. También es cierto que estábamos a 75 km de distancia de su base. A falta de pan, nos interesamos por las llaretas que pudimos ver cerca de allí. Se trata de una planta realmente curiosa que se agarra como el musgo a las piedras y que es muy apreciada por los lugareños. Su resina es usada para combatir la diabetes así como otras muchas enfermedades y se ha utilizado durante años como combustible para hacer fuego en una zona donde la madera brilla por su ausencia. Como casi todo, ahora está en peligro de extinción, sobretodo por culpa de su lento crecimiento, entre 1 y 3 mm por año, y la sobreexplotación. Algunas de las llaretas que vimos tenían de más de 1.5 metros de diámetro, lo que da una dimisión de su antigüedad. Muchas de ellas son milenarias.

Con el culo magullado y después de tantas horas circulando por pistas de piedra, en algún tramo trialeras donde nos teníamos que bajar del coche, nos instalamos sobre una planicie a 3.700 metros que, sin ser un salar, nos avanzaba lo que nos íbamos a encontrar a la vuelta de la siguiente montaña. De hecho, aquí las distancias se fijan con comentarios del tipo “a la vuelta de esa montaña nos encontramos el Salar” y para llegar a esa vuelta tardas 3 horas casi en línea recta a una velocidad media de 80 km/h. Papá nos indicaba puntos de referencia para intentar amenizar este tramo del recorrido, como cuando nos cruzamos con un tren de mercancías que tenía 100 vagones y sobre ellos unos containers con capacidad para 40 toneladas de distintos minerales: oro, plata, estaño, litio… Estos trenes cruzan los Andes hacia el puerto de Antofagasta, en Chile, 3 veces al día, lo que puede dar una idea de la enorme cantidad de recursos minerales que tiene Bolivia, y esto sólo en la región de Potosí.

Cuando llegamos a la vuelta de la dichosa montaña estábamos rotos y lo único que queríamos era llegar a nuestro destino. Íbamos a hospedarnos en un hotel de sal a orillas del Salar de Uyuni. Esta vez nos habían contado que las condiciones eran mucho mejores que las de la noche anterior y, así fue: agua caliente, una cama sobre bloques de sal del salar, mobiliario de sal, incluso el suelo del hotel tenía una fina capa de sal esparcida cuál moqueta natural. La cena fue más que decente y pudimos descansar todo lo que no habíamos podido la noche anterior. Al día siguiente contemplamos el amanecer justo en las puertas del Salar y confirmar que la primera luz del Sol es la que te permite disparar las fotos más bellas.

Nuestro tercer día consistía en circular por encima del Salar de Uyuni. El día empezó de forma divertida puesto que Papá le dejó a Tony (el norteamericano con esa rara enfermedad en la vista) los mandos del Jeep. Fueron unos 10 minutos ciertamente surrealistas ya que íbamos a bordo de un automóvil, sobre una superficie completamente blanca y lisa, conducido por alguien que no veía más allá del cuadro de mandos. Todos le indicábamos hacia que punto se debía dirigir pero Tony, sin querer, enfocaba el morro hacia otro lado. Después de unas risas y de cambiar el conductor, Tony nos confirmo que era la primera vez que circulaba a más de 80 km/h.
¿Y qué podemos decir del Salar de Uyuni que no se haya dicho antes? Realmente es un lugar magnífico pero después de lo visto y vivido los dos días antes creemos que, pese a ser algo impresionante, su visita se hace un tanto monótona. Cuando has circulado 3 horas sobre el Salar, has visitado la Isla Inkawasi (mal llamada Isla del Pescado) y has hecho las fotos estúpidas pertinentes, normalmente lo que pasa es que después del tute que te has pegado te quedes frito en el Jeep de camino a la ciudad de Uyuni.





En este camino, de casi 90 km en línea recta, los tours se van parando para intentar añadirle valor a la visita: estos son los ojos del salar, esto las montañas de sal, esto artesanía del salar, este el primer hotel de sal del Salar… De hecho, lo que más impresiona son las dos cruces que te encuentras durante el camino que atestiguan que en enero y mayo de este año hubieron dos accidentes mortales en el Salar donde perecieron 15 personas. El primero fruto de la rotura de la dirección de un Jeep de fabricación china (4 muertos) y el segundo por un choque frontal entre 2 Jeeps (11 muertos). Es la primera vez que pasa algo así y da una idea de cómo se está masificando este destino. Después de pasar por aquí parece increíble que dos coches hayan chocado frontalmente, con la de espacio que hay para circular.

Finalmente nos dirigimos hacia Uyuni, una ciudad de lo más anodina donde la principal atracción (después del Salar) es un cementerio de trenes. Hasta allí fuimos aunque antes nos quedamos sin gasolina con nuestro Jeep del siglo pasado. Cuando superamos ese último trámite, totalmente prescindible, regresamos a la ciudad para salir lo antes posible hacia nuestro destino: la ciudad de Potosí. Sin embargo, nuestra aventura no se acabó allí puesto que el trayecto en autobús de noche a la ciudad más alta del mundo fue de los que recordaremos toda nuestra vida.

¡Bienvenidos a Bolivia!







Fotos: http://picasaweb.google.com/ankor73/ReservaEduardoAvaroa2#

http://picasaweb.google.com/ankor73/SalarUyuni#

3 comentaris:

Unknown ha dit...

Hola canalla!
Cada dia és més emocionant aquest llarg viatge.
La mamà cap a Cuzco dilluns vinent, encara més enveja.
Les fotos dalinianes son precioses.
Per cert aprofito per saludar al Salva Ràfols que també us llegeix. I vull dir-li que està convidat a la festa d'aniversari el 24 d'Octubre a La Font del gat.
Veig que viatjar de nit us fa (com deia l'avi hipo)imaginar-vos els espedats més alts del que realment son, i com deuen ser a Bolivia!!!!
Jo tenia un e-mail amb fotos d'una carretera boliviana que feien posar els pels de punta. Imprescindible pels adictes a l'adrenalina.
Bé a seguir gaudint de tot el que veieu, experimenteu etc.
Molts petons i fins Nueva Zelanda.
Mercè

microbi ha dit...

ALOSITO FAMILIA!
avui m'he enterat per la Maria Jose, que li ha dit la Cecilia, que l'avia ve a PERU?!

Les fotos son genials. A mi Dali, no m'agrada gens, pero...les fotos i tot el que poseu M'ENCANTA!
Llastima que s'estigui massificant tant com dieu...
mentre no passi com al caribe mexicà...


UN PETO microbiannissm, pero gran!
:)

Unknown ha dit...

no se rebeu els missatges ahir vaqig enviat-ne un ,dema tindriem que parlar ,procurare ser a case per la tarda.les fotos del salar son espectaculars ,no se si aguantare un trore aixi petons